domingo, 28 de diciembre de 2014

Resumen del año 2014 y Sandra la queridísima persona no humana

En esta entrada tenía toda la intención de publicar un resumen de los datos medioambientales ocurridos en el 2014, pero por miedo a que los que he hallado estén equivocados, sean demasiado extensos, sean demasiado pocos, he decidido no publicar datos, pero sí, dar una opinión personal sobre este año y los sucesos ocurridos en el.


En resumen, decir que este año, para variar, la gente sigue sin concienciarse, incluso la gente sigue a reírse de gente que está concienciada y lo demuestra, sinceramente, aunque no sea un tema medioambiental, sigo sin ver ninguna buena noticia en los telediarios,  muertes, atentados, corrupción, deforestación, extinciones, hambre, ébola ,.... se me cae el alma al suelo y desde hace tiempo trato de no verlas dado que ya se de sobra lo que van a decir, y volviendo al tema medioambiental, resumir en humildes palabras, el hecho de que este año ha sido devastador para la naturaleza, continúa la tala del Amazonas, cada vez se vierten más residuos en el mar, cada vez las ONGs necesitan más voluntarios y cada vez tienen menos, realmente, aunque me gustaría decir que ha sido un gran año y que hemos progresado ecológicamente, no es así.
Todos estos temas, noticias y demás le hacen a uno pensar en quienes somos, como nos comportamos y hacia adonde nos dirigimos comportándonos así, y hasta aquí mi resumen.
Ahora quisiera hablar de un tema reciente y que algunos lo consideran correcto y otros tantos no, es el caso de la famosa orangutana Sandra.

Un tribunal otorga derechos básicos a un orangután



Y no es para menos. Como un “sujeto no humano” o persona no humana, así considera un tribunal argentino a los orangutanes, dando la razón a una ONG que pedía la liberación de Sandra, un orangután que vive en el zoo de Buenos Aires.

Un tribunal otorga derechos básicos a un orangután

viernes, 12 de diciembre de 2014

COP 20 Y la ONU

El objetivo de la cumbre es alcanzar un borrador de un nuevo acuerdo mundial sobre la reducción de los gases de efecto invernadero que deberá ser aprobado en la COP21 de 2015 en París, para sustituir al protocolo de Kyoto, suscrito en 1992.

La Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20) que acogerá Lima del 1 al 12 de diciembre ha despertado expectativas y alimentado la esperanza de pueda concluir un borrador sobre nuevos compromisos de reducción de gases de efecto invernadero para sustituir al protocolo de Kyoto.

Para esta cumbre, tres globos gigantes serán instalados en Lima por organizaciones públicas y privadas para explicar cómo se produce el calentamiento global por acción del dióxido de carbono, a pocos días del inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20).



El primer globo, que representará una tonelada de dióxido de carbono (CO2), se instaló en el centro comercial Jockey Plaza, en el distrito de Santiago de Surco, para alertar sobre el daño de los gases de efecto invernadero sobre el planeta, indicó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).


jueves, 4 de diciembre de 2014

ONU: La basura electrónica es una bomba ecológica para el planeta

Millones de móviles, cámaras digitales, ordenadores, tabletas y demás artilugios electrónicos acaban cada año en la basura común, lo que supone un enorme peligro para la salud y el medio ambiente, advierte Naciones Unidas.
El problema va a más: si en el año 2000 se produjeron alrededor de 10 millones de toneladas de desechos electrónicos, ahora son unos 50 millones, equivalente a ocho veces el peso de la gran pirámide egipcia de Guiza.

Esa cifra significa que cada habitante del planeta genera una media de siete kilos de basura tecnológica y los cálculos prevén que en los próximos tres años esos residuos aumenten en un tercio, según datos de Naciones Unidas.

La basura per cápita producida varía según la riqueza y consciencia ambiental de cada país, y va desde los 63 kilos que genera un catarí, pasando por los casi 30 de un estadounidense, los 23 de un alemán, los 18 de una español, los 9 de un mexicano, los 7 de un brasileño o los 620 gramos de un maliense.
Muchos aparatos electrónicos, que tienen una vida cada vez más corta, están cargados de metales pesados muy dañinos para la salud.
Materiales como el plomo, el mercurio, el cadmio o el zinc pueden ser una fuente contaminante a largo plazo si no se los recicla de forma adecuada.
Algo que sólo se hace con una mínima parte de toda esa basura, según denuncian desde Naciones Unidas y grupos de protección del medioambiente.
La Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), con sede en Viena, calcula que en 2016 los países en desarrollo producirán ya más basura electrónica que los industrializados.
Un desafío añadido porque esas naciones cuentan con menos medios para abordar el problema.
Para dar una respuesta a esta situación, la ONU ha lanzado la Iniciativa StEP, con el objetivo de promover la reutilización y aumentar el ciclo vital de los productos electrónicos.
Ruediger Kuehr, secretario ejecutivo de StEP, reconoce que aunque éste es un problema medioambiental subestimado, al menos comienza a figurar en la agenda política internacional.
"Estamos muy al inicio, por el momento no podemos decir que estemos en el buen camino, pero al menos está abriéndose paso en la agenda política", explica Kuehr
"Quienes toman decisiones políticas, como los Gobiernos, son conscientes de que esto es una bomba de relojería y de que se deben tomar decisiones", asegura.

El problema afecta a todos los países, porque en el mundo rico tampoco se recicla lo suficiente, falta concienciación sobre el problema y se tiene una visión equivocada de los peligros.

"Los consumidores no son del todo conscientes del desafío que supone la basura electrónica", ya que consideran que es un problema lejano, que afecta a quienes desmantelan los equipos de forma rudimentaria en África o Asia.
Y aunque ese tipo de reciclaje en precarias condiciones es muy peligroso, sólo es una parte del problema.
La cuestión de fondo es que "sólo una pequeña parte del material electrónico se recicla en países como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos", recuerda Kuehr.
Si en el mundo desarrollado la falta de reciclaje electrónico se debe a la escasa concienciación, en los países en desarrollo es por simple ausencia de infraestructuras para ello.
Kuehr afirma que algunas empresas tecnológicas han comenzado a tomar "cierta responsabilidad sobre la basura electrónica generada" mediante distintos programas, pero carga sus críticas en el consumidor que demanda tecnología al menor coste posible.
"Hay que criticar al consumidor, que sólo quiere la última tecnología por muy poco dinero. Y eso se traduce en que es muy difícil de reparar o es de muy baja calidad, lo que reduce la vida de estos productos", subraya.
"Si levantaran la voz y dijeran que quieren equipos baratos pero también que se puedan reparar y renovar para que sirvan mejor en el futuro, porque son conscientes de las implicaciones ambientales, entonces las compañías responderían", asegura.
Por eso, Kuehr aboga por campañas públicas y educativas para concienciar sobre este problema y sobre su impacto en el medio ambiente, y aclara que si no se da respuestas a esta situación "será difícil crear innovaciones tecnológicas sostenibles" en el futuro.
Para este experto, el objetivo a largo plazo es "cerrar el ciclo y llegar a un modelo sostenible", en el que las empresas puedan crear nuevos equipos utilizando materiales de los antiguos.

Además, los viejos equipos encierran componentes de gran valor, como oro, plata y platino, utilizados por su estabilidad y capacidad conductora en ordenadores y portátiles.
Otro problema es la exportación ilegal de basura tecnológica desde los países ricos, especialmente de EE. UU. y Europa, a los pobres, donde esos residuos pone en riesgo la vida de los trabajadores que desguazan los equipos sin la debida protección.

Según estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, al menos 250.000 toneladas de desechos electrónicos salen cada año de la Unión Europea de forma ilegal como bienes de segunda mano, cuando en realidad son productos inutilizables.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La sequía de Sao Paulo, una amenaza global


La sobreexigencia del sistema y la mala gestión se suman a la falta de almacenamiento

PIRACAIA, BRASIL (28/NOV/2014).- El pescador Ernane da Silva mira el valle que se extiende a sus pies. En ese lugar donde pescó por tres décadas ahora sólo hay maleza y tierra seca, agrietada por el sol.
La peor sequía en 80 años golpea al estado de Sao Paulo en Brasil. Y sirve de alerta para muchas otras metrópolis: la deforestación, las mayores temperaturas y la expansión de centros urbanos replican este desastre en otros rincones del planeta.

''Fui uno de los primeros pescadores que llegaron aquí y ahora soy uno de los últimos que quedan'', cuenta Da Silva, de 60 años, en medio de la represa del río Jacareí, en el pequeño municipio de Piracaia, a unos 100 km de la ciudad de Sao Paulo.

''Pesqué aquí durante 30 años. ¿Cómo iba a pensar que un día se acabaría el agua?'', se pregunta con una mezcla de incredulidad y de tristeza, reflejando un problema que no lo afectó sólo a él, sino en mayor o menor medida a millones de paulistas.

Vestido con ropa sencilla y un gorro que lo protege del sol ardiente, cuenta que dejó su casa a orillas de la represa y que este año debió pescar en zonas más altas donde aún queda agua, pero que ya no sabe si el próximo año podrá seguir haciéndolo.
                 
Lluvias insuficientes 
La represa de Jacareí, construida a fines de los años 1970, es una de las cinco del enorme sistema Cantareira, que surte de agua a 45 por ciento de los 20 millones de habitantes de la región metropolitana de Sao Paulo.

Las lluvias de esta temporada húmeda (de octubre a marzo) son insuficientes. En la región de las represas de Cantareira las precipitaciones han sido de 90 mm en noviembre contra una media histórica de 161.2 mm.

''La falta de lluvia ha sido severa en este último año, acompañada de altas temperaturas tanto en verano como en invierno, lo que acelera la evaporación de las represas'', dice  el meteorólogo Marcelo Schneider, del oficial Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).

''Y todo empeora porque, a diferencia de sequías anteriores, ahora la población y la demanda por agua son mucho mayores'', añadió.

Epicentro económico e industrial de Brasil, Sao Paulo ya vivió una fuerte sequía en 2001 y una muy grave a inicios de los años 1960.